Si el titanic hubiese chocado de proa al Iceberg, se habría podido mantener a flote, con tan sólo dos compartimentos inundados, lo que le habría permitido, incluso, seguir navegando.
a concatenación de sucesos fatales, todos desafortunados, que conducen a un desastre se suele conocer como “efecto titanic”: basta que un eslabón falle para producir la catástrofe.
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